Mari Luz Peinado
En Verne hacemos pocas reuniones de equipo. Principalmente, porque somos un equipo reducido y estamos acostumbrados a hablar de casi todo en voz alta. Aún así, sí que nos reunimos algunas veces al año para saber qué ideas tiene cada uno, qué nos apetece hacer y cómo podemos planificarnos. En la reunión de abril, Anabel Bueno apuntó que deberíamos ahondar en una idea que ya habíamos empezado a explorar: la de acercarnos a los españoles hijos de inmigrantes que ya son adolescentes y de los que apenas se ocupan los medios de comunicación. Las redes sociales también son un foro en el que puede verse reflejada esa diversidad y en los últimos años hemos visto cómo se ha habla cada vez más de raza, identidad e inclusión.
En octubre de 2017, Álvaro Llorca realizó el reportaje España no se da cuenta de lo racista que es”: cuatro jóvenes nos hablan de microrracismos. El artículo generó muchísimo interés de los lectores y nos recordó que España es mucho más diversa de lo que estamos acostumbrados a ver en los medios, empezando por nuestra propia redacción.
La experiencia de otros especiales como 28 días y JARL nos sirvió para plantear esta serie de reportajes de otra manera: no queríamos que fuera un especial cerrado, sino casi una sección, que nos permitiera ir creciendo con el tiempo y publicando más reportajes. No se trataba de un proyecto más, sino de una nueva línea de trabajo dentro de Verne.
Queríamos hablar de racismo, de referentes, de vivencias cotidianas que afectan a de esos micrarrismos a los que muchas veces les sobra el “micro”. Y sabíamos que, para eso, íbamos a necesitar mucha ayuda. Como expliqué en este hilo de Twitter, somos muy conscientes de la falta de diversidad en nuestro equipo y queríamos que De aquí no solo contara historias de estos españoles, sino que también fueran ellos quienes nos las contaran.
Junto con Fer Hernández, director de Arte de la web de El País, e Ignacio Povedano, encargado del diseño y la maquetación, trazamos un diseño pensado desde el principio para móvil, fresco y que nos permitiera dar continuidad a todas las historias.
Vamos a confesarlo: nuestra primera idea de nombre era “Yo soy español, español, español”. Nos parecía directo, que explicaba muy bien lo que queríamos transmitir y un poco provocador. Pero finalmente nos decidimos por “De aquí”, porque los protagonistas de estas historias tienen que seguir recordando que son de aquí, de España, cada vez que alguien — por su color de piel o por su acento- les pregunta: “Y tú, ¿de dónde eres?”.